Todo surgió en octubre de 2006. Un grupo de chicas estaban, como cualquier otro lunes, sentadas en el césped disfrutando de su almuerzo. De repente una pelota cayó del “cielo” y como una luz lo vieron todo claro: serían el PRIMER EQUIPO FEMENINO DE BALONCESTO de la Universidad Carlos III de Madrid.
Los primeros días lo cogimos con mucha ilusión. Entrenábamos dos veces a la semana (si es que a eso se le puede llamar entrenar) y veíamos partidos con nuestros Míster Mogollón y nuestro coach D. Rodrigo, que nos ayudaban a conocer las reglas básicas de éste, nuestro deporte.

Y por fin, llegó el gran día: El debut de Las Lolitas al Sol. Había nervios, había tensión, ¡había una GRAN AFICIÓN! (una grada repleta de gente de la que nunca más supimos), pero sobretodo una gran ILUSIÓN: anotar más de diez puntos.
De repente aparecieron ELLOS: cinco hombres de 1.90, pelo rizado, musculosos y con gran dominio del balón. Pero aún así, conseguimos el objetivo. Resultado final: 14-87.
Una tras otra, las derrotas se sucedían, mientras tanto nuestros corazones enloquecían. Ardíamos de pasión y de deseo mientras nuestra técnica se iba a paseo. Menos mal que nuestro Mogollón, con pizarra en mano, logró que recobráramos nuestro espíritu deportivo.
19 de diciembre de 2006. Las Lolitas madrugan (más que nada porque no han pegado ojo), van a las canchas y entrenan una media de cinco horas bajo una lluvia torrencial. La grada vuelve a estar repleta: pancartas, hombres con rizos y bocados en la frente, hasta un cámara de televisión. Naranjas vs Verdes, Las Loitas vs Residencia Femenina. Un partido vibrante que hasta el último minuto no se decidió. Coraje contra veteranía; alegría contra garras y puñetazos. Unas veces se gana y otras se pierde, y en esta ocasión volvimos a perder 7-8.
Y así llegó el último partido de la Liga y con él los Pechitos. Era el gran derbi de la clase de derecho-periodismo. Chicas contra chicos y una apuesta de por medio (cena, que por cierto, nos deben todavía). No hubo piedad y se volvió a cumplir el pronóstico: 38-99, repetimos 38-99 (nota: observar evolución del equipo).
Terminó la liga y como no podía ser de otro modo, las Lolitas al Sol se hicieron con el gran premio, el trofeo a la deportividad. Espe, Ara, Meli, Carmen, Lourdes, Lucía, María, Belén, Tamara y Ana, han hecho realidad su sueño y han conseguido que el deporte femenino no caiga en el olvido.
María, Tamara y Ara.
Los primeros días lo cogimos con mucha ilusión. Entrenábamos dos veces a la semana (si es que a eso se le puede llamar entrenar) y veíamos partidos con nuestros Míster Mogollón y nuestro coach D. Rodrigo, que nos ayudaban a conocer las reglas básicas de éste, nuestro deporte.
Y por fin, llegó el gran día: El debut de Las Lolitas al Sol. Había nervios, había tensión, ¡había una GRAN AFICIÓN! (una grada repleta de gente de la que nunca más supimos), pero sobretodo una gran ILUSIÓN: anotar más de diez puntos.
De repente aparecieron ELLOS: cinco hombres de 1.90, pelo rizado, musculosos y con gran dominio del balón. Pero aún así, conseguimos el objetivo. Resultado final: 14-87.
Una tras otra, las derrotas se sucedían, mientras tanto nuestros corazones enloquecían. Ardíamos de pasión y de deseo mientras nuestra técnica se iba a paseo. Menos mal que nuestro Mogollón, con pizarra en mano, logró que recobráramos nuestro espíritu deportivo.
19 de diciembre de 2006. Las Lolitas madrugan (más que nada porque no han pegado ojo), van a las canchas y entrenan una media de cinco horas bajo una lluvia torrencial. La grada vuelve a estar repleta: pancartas, hombres con rizos y bocados en la frente, hasta un cámara de televisión. Naranjas vs Verdes, Las Loitas vs Residencia Femenina. Un partido vibrante que hasta el último minuto no se decidió. Coraje contra veteranía; alegría contra garras y puñetazos. Unas veces se gana y otras se pierde, y en esta ocasión volvimos a perder 7-8.
Y así llegó el último partido de la Liga y con él los Pechitos. Era el gran derbi de la clase de derecho-periodismo. Chicas contra chicos y una apuesta de por medio (cena, que por cierto, nos deben todavía). No hubo piedad y se volvió a cumplir el pronóstico: 38-99, repetimos 38-99 (nota: observar evolución del equipo).
Terminó la liga y como no podía ser de otro modo, las Lolitas al Sol se hicieron con el gran premio, el trofeo a la deportividad. Espe, Ara, Meli, Carmen, Lourdes, Lucía, María, Belén, Tamara y Ana, han hecho realidad su sueño y han conseguido que el deporte femenino no caiga en el olvido.
María, Tamara y Ara.
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